Seguimos con el repaso a las incursiones de Fred en el mundo del cómic, que tanto amamos y tantísimas horas de diversión nos ha dado. Hoy, analizaremos el primer tomo de Planeta de Agostini, editado en 2008.
El primer tomo de Planeta
Antes de meternos con el cómic en sí, veamos las circunstancias de su edición. En 2006, Wildstorm Productions, una filial de DC Comics, se hizo con los derechos para producir cómics de 'Pesadilla en Elm Street', y en octubre de ese mismo año comenzó la colección. A pesar de alcanzar solamente ocho números, Wildstorm no dejó de intentarlo, y a esta colección le siguieron hasta tres tentativas más, que resultaron igualmente breves. Es una verdadera lástima que en ningún caso aguantaran las ventas, pues pocas cosas nos hubieran gustado más que ver una colección de cómics de Freddy longeva y bien asentada en el mercado. Nunca hay que perder la esperanza, seguro que Freddy acabará volviendo. Siempre lo hace.
Poco podemos reprocharle desde aquí a esta primera colección, que contó con los guiones del veterano y todoterreno escritor Chuck Dixon, uno de los escritores más prolíficos del actual panorama del cómic norteamericano, al que hemos podido leer en Batman (quizás donde ganó mayor fama), Superman, Green Lantern, Iron Man, y prácticamente cualquier personaje que se nos ocurra. Los dibujos corrieron a cargo de Kevin J. West y Joel Gomez, el entintado a cargo de Bob Almond, con unas magníficas portadas de Tony Harris y de Ben Oliver (a partir del cuarto número). Luego entraremos más en detalle a valorar estos cómics, pero pocas adaptaciones más modélicas a un universo establecido en una película se nos ocurren.
Entremos ahora en el tomo español: fue publicado por Planeta de Agostini, que se ocupó de editar DC Comics en España entre 2005 y 2011, en verano de 2008, con un precio de portada de 9.95 €. Este tomo contiene los cuatro primeros números americanos, con la portada del primero como portada del tomo y la del tercero como contraportada, y tiene un total de 96 páginas en color.
Las portadas de los cuatro primeros números americanos
A lo largo de estas 96 páginas podemos leer la historia titulada "La guerra de Freddy" (Freddy's War en el original) completa, y un breve spin-off dibujado por Joel Gomez, y protagonizado por un pequeño y simpático personaje de ésta. La historia parte de una premisa clásica: un militar y sus dos hijos adolescentes, los Arnstrum, se mudan a Springwood, y los dos chicos pronto aprenderan que las amenazas a las que tendrán que enfrentarse en su nueva ciudad son distintas a las que podían esperar.
La familia Arnstrum, recién llegada a Springwood
No tardarán en conocer a Fred, aunque en sus pesadillas una niña pequeña parece desafiarle, irritándole especialmente. Una niña llamada Lacey, cuyo destino estará estrechamente vinculado al de uno de los protagonistas.
Freddy y la horma de su zapato
En el citado spin-off, ante la imposibilidad de despachar él mismo un asunto pendiente, Freddy buscará un agente externo en el mundo real, un contacto que pueda ocuparse de una molesta china en el zapato del Azote de Springwood.
Freddy y su compinche, haciendo negocios
Ahora, como hacemos siempre, una valoración crítica. Vayamos por partes: por un lado, estos cómics fueron escritos en 2007; aunque no nos hayamos parado a pensar en ello, la saga de 'Pesadilla en Elm Street' está fuertemente vinculada a un periodo de tiempo muy concreto, desde mediados de los ochenta a los primeros años noventa. Por tanto, es éste el periodo más propicio para las historias de Freddy, o al menos el periodo al que más habituados estamos. Un ejemplo para ilustrar lo que decimos es 'Freddy vs. Jason': una buena película, sí, que todos hemos disfrutado a rabiar. Pero había algo raro en ver a los adolescentes de Springwood asistiendo a una rave, o hablando de teléfonos móviles, no nos engañemos. En este sentido, una historia de 'Pesadilla en Elm Street' en 2007 parte con una desventaja respecto a una de 1989, aunque ésta sea pequeña. En este sentido, estos ocho cómics lidian perfectamente con esta desventaja, llevando la historia a un cierto nivel de intemporalidad que le sienta muy bien, si bien evidencian en algunos detalles a qué época pertenecen, aunque lo hacen de manera natural, sin querer sonar pretenciosamente actuales.
Respecto al dibujo, es sin duda el tema más complejo de esta serie de comics, y en cierto modo esto nos vuelve a llevar al punto anterior: el dibujo de Kevin J. West es bueno, pero quizás no sea el más adecuado a este tipo de historia. Y quizás no lo sea por su excesiva contemporaneidad, aunque sea probablemente el coloreado lo que subraye en mayor medida este aspecto. Es indudable que a un comic de Freddy le sienta mejor el trazo "estilo Warren" de Tony de Zuñiga y el blanco y negro que el de Kevin J. West y el coloreado por ordenador de Tony Aviña. Dicho esto, y dejando claro que es una apreciación absolutamente personal, el dibujo cumple, y sale airoso de algunas viñetas especialmente comprometidas, como las de los "amigos" de Lacey que acuden a ayudarla en sus sueños.
Ahora, el guión de Chuck Dixon. Dixon es, ante todo, un profesional como la copa de un pino (como diría Alice Johnson), que lo mismo vale para guionizar a Freddy, a Batman, a Conan, o a un grupo de militares, y cumplirá seguro en cualquiera de los casos anteriores. En el caso que nos compete, Dixon escribe un guión que responde a casi todo lo que debería tener una historia de Freddy, permitiéndose incluso escribir una espectacular secuencia del estilo militar en el que tan cómodo se siente, con un ejercito de Freddys asaltando el chalet de los Arnstrum.
Freddy en una emboscada de guerrillas: ¿quién da más?
Además, plantea una serie de situaciones del todo acertadas, como llevar el entrenamiento militar respecto a la privación del sueño a una historia de Freddy, o el "chico de los recados" de Freddy en el mundo real. Como unico "pero", podríamos hablar de que Dixon se salta una de las reglas más claramente establecidas de las Pesadillas: el padre de Jade la entiende, y la ayuda en su lucha contra Freddy. Una de las situaciones que más juego daban en las películas de la saga es que los adolescentes estaban indefensos contra Freddy en sus sueños, pero tampoco contaban con ayuda en el mundo real, con unos padres que lo único que querían era verlos dormir, sin saber que esto era firmar su sentencia de muerte; el padre de Jade no es así, desde el principio cree lo que ella le dice, e incluso improvisa un plan para acabar con Freddy. Da lugar a la situación militar, que es muy interesante, pero quizás sea saltarse una regla demasiado asentada en la saga.
En cualquier caso, se trata de un muy buen cómic (mejor aún si uno simpatiza con este tipo de dibujo), cuya historia no hará sino mejorar en el segundo tomo. Lo que sí que nos llama un poco la atención son las ridículas letras de "Pesadilla" que podemos ver en la portada. Ya podrían los diseñadores gráficos de Planeta al menos haber usado las letras de los VHSs clásicos, o la fuente adecuada en la linea "EN ELM STREET"...
Este primer tomo todavía es bastante fácil de encontrar, en webs como TodoColección o eBay, e incluso aún está disponible en algunas tiendas de comics del centro de Madrid, y seguro que de otras ciudades. Sin embargo, desde el 1 de enero de 2012 Planeta de Agostini ya no tiene los derechos para la publicación de DC Comics en España, lo que quiere decir que estos dos tomos ya no volverán a reeditarse. Así que es cuestión de tiempo, y seguramente no mucho, que acaben despareciendo.
Dentro de unos cuantos días, analizaremos el segundo tomo. Dulces sueños, soñadores.
Web de Chuck Dixon
Web de Kevin J. West
Web de Joel Gomez
Web de Bob Almond
Web de Tony Harris
Pues a mi, curiosamente, me gusto que rompiera la mitología en este caso: el tópico de los padres lelos que no se enteran de nada. No estuvo mal que, para variar, hubiera un progenitor diferente, que conoce a sus hijos y sabe que no están mintiendo, escucha lo que tienen que decirle e intenta ayudarlos o protegerlos (aunque al final, Freddy es imparable, como siempre).
ResponderEliminarojala el arte hubiera sido más bonito (no era mal dibujo, al contrario, no funcionaba con una historia de terror)