¡Pesadiiiillaaa...!

Hola, Soñadores!

Hoy os tenemos preparada una review muy especial sobre el álbum de Mortadelo y Filemón ¡Pesadiiiillaaa...! publicado en "Magos del Humor" en 1994, año de la Nueva Pesadilla de Wes Craven, y que más tarde aparecería como el número 124 de la colección Olé.

La historia del álbum tiene como principal atractivo la inclusión de Freddyrico Krugidoff, una suerte de Fred Krueger castizo, con su característico sombrero raído, su jersey a rayas y su garra, en en este caso de cinco cuchillas.




Los agentes de la T.I.A. empiezan a tener extrañas pesadillas con Freddyrico, que resultan ser ocasionadas por una máquina ideada por el Profesor Bacterio (¡cómo no!) pensada inicialmente para producir sueños placenteros.

En el álbum se nos cuenta que "El asesino de la zarpa de acero" (como así le llaman) fue quemado cuando encendió una cerilla a Bacterio en una fábrica de butano.

Durante las 44 páginas que dura la historieta, todos los personajes de la T.I.A. deben lidiar con sus pesadillas e intentar no dormirse... pero poco a poco todos van acabando en el mundo de los sueños.




El carácter onírico da muchísimo juego a Ibañez para realizar algunas viñetas geniales en las que predomina el surrealismo. Algunos ejemplos:








Con respecto a los parecidos con las películas, encontramos algunas cosas... aunque bien podrían deberse a la casualidad. En una de las viñetas Filemón Pi convence a Mortadelo de que la única manera de vencer es dándole la espalda, estrategia usada con bastante éxito por Nancy en Pesadilla 1. Desafortunadamente a Mortadelo no se le dió tan bien.




En otro momento el Súper proporciona a dos agentes unas pastillas para no dormir. ¿Alguien ha dicho Hipnocil?



Y por último, para derrotar a Freddyrico, tras unos intentos fallidos con fuego, estaca en el corazón e incluso eructos de ajo... Mortadelo da con la clave para acabar con él: ¡enseñarle un espejo! Gran parecido con el final de Pesadilla 4, donde Alice dio buena cuenta de Fred con esa misma técnica.




Desde aquí animamos a todos a leer este estupendo álbum patrio. Un claro ejemplo de que el Reino del terror de Freddy no conoce de límites.